Debido al gran impacto que han tenido las redes de telefonía móvil de segunda generación, como GSM,
en los últimos años varios organismos están estandarizando los sistemas móviles de tercera
generación.
Uno de los objetivos de las redes de tercera generación es proporcionar no sólo movilidad a los usuarios sino también movilidad y portabilidad de servicios personalizados, independientemente del lugar en el que se encuentre el usuario y
del terminal desde el que accede a ellos
Una de las principales ventajas que presentó GSM respecto a otros sistemas de telefonía móvil de segunda generación fue la introducción del SIM (Subscriber Identification Module), que permite la independencia del terminal que emplea el usuario para acceder a los servicios que tiene contratados.
Los SIM son tarjetas inteligentes que almacenan información de suscripción de un usuario y son las que permiten implantar mecanismos de seguridad en la parte radio de la red, almacenando el PIN, las claves de autenticación del usuario y realizando cálculos criptográficos.
Las tarjetas inteligentes se denominan así porque incorporan un circuito integrado con elementos usados para la transmisión, almacenamiento y manipulación de datos.
En principio, las tarjetas inteligentes tenían sistemas operativos propietarios y su utilización se basaba fundamentalmente en el almacenamiento seguro de información y cálculo de algoritmos criptográficos. La evolución y aumento de capacidad de almacenamiento y proceso en los chips insertados en estas tarjetas, propició el desarrollo de tarjetas Java Card que permiten la ejecución de código Java (en una versión reducida) en la propia tarjeta, pudiendo así construir aplicaciones que se ejecutan en cualquier tarjeta Java Card independientemente del tipo de sistema operativo.
Datos extraído del informe de:
" Plataforma de Agentes en Terminales de Telefonía Móvil"
XI Jornadas de I+D en Telecomunicaciones
Departamento de Ingeniería Telemática.
Universidad Carlos III de Madrid.
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